El anuncio del ex presidente Néstor Kirchner: “O profundizamos el cambio o volvemos al infierno, volvemos al corralito” es una clara señal de que el gobierno va hacia un nuevo corralito bancario para resolver sus dificultades financieras. La disyuntiva es “profundizar el cambio conculcando derechos individuales, en particular el de propiedad” o volver al corralito, que también vulnera derechos individuales,…… es decir el infierno sí o sí.
El modelo es redistributivo usando el derecho de propiedad como variable de ajuste por lo que si no confisca, aumenta retenciones, genera inflación, aumenta impuestos desmedidamente, produce el default de sus deudas, etc. termina con un corralito bancario. Baste recordar el default de la deuda pública, las cuasi monedas, el impuesto al cheque, las retenciones a la exportación, y la confiscación de los fondos individuales en las AFJP.
En el pasado el secreto del éxito argentino consistió en avanzar en el respeto por los derechos individuales.
Entre otros textos el capitulo 18 de “Las Bases” de Juan Bautista Alberdi escrita en Valparaíso en 1852, dice:
“…….. Todo eso y algo más está concedido a los súbditos británicos en la República Argentina por el tratado de plazo indefinido, celebrado el 2 de Febrero de 1825; y no hay sino muchas razones de conveniencia para el país en extender y aplicar esas concesiones a los extranjeros de todas las naciones del mundo, tengan o no tratados con la República Argentina. La República necesita conceder esas garantías, por una exigencia imperiosa de su población y cultura, y debe concederlas espontáneamente, por medio de su Constitución, sin aspirar a ilusorias, vanas y pueriles ventajas de una reciprocidad sin objeto por larguísimos años.
Hoy más que nunca fuera provechosa la adopción de ese sistema, calculado para recibir las poblaciones, que arrojadas de Europa por la guerra civil y las crisis industriales, atraviesan por delante de las ricas regiones del Plata, para buscar en California la fortuna que podrían encontrar allí con más facilidad, con menos riesgos y sin alejarse tanto de Europa.”
Los retrocesos en el respeto por los derechos individuales son la principal causa de nuestra decadencia.
A pocos años de la muerte de Juan Bautista Alberdi, también autor del “Sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina” , el primer corralito argentino lo produjeron los bancos garantidos que colapsaron durante la presidencia de Juárez Celman. El 3 de noviembre de 1887 se sancionó la Ley Nº 2216 y su Decreto reglamentarlo del 18 del mismo mes, de creación de los Bancos Nacionales Garantidos. Se autorizaba a toda corporación, sociedad o instituciones constituidas que efectuaran operaciones bancarias, a establecer en cualquier ciudad o pueblo de la República, Bancos de Depósitos y Descuentos, con facultad de emitir billetes garantidos, no con oro, sino con fondos públicos nacionales, respetando las prescripciones detalladas en la ley.
Los bancos de emisión ya existentes se acogieron a la ley, pero en lugar de pagar en oro los fondos públicos destinados a garantizar las emisiones, lo hicieron con “letras pagaderas en oro”. Este cambio, hecho en violación de la propia ley contribuyó a aumentar las emisiones inconvertibles ya que a fines de 1887 sobrepasaban los 85 millones de pesos y en 1890 estaban en casi los 190 millones. El desorden producido derivó en la revolución de julio de 1890, que sin ser triunfante, produjo la renuncia del presidente de la República Dr. Miguel Juárez Celman pocos días después”.
Los “depósitos indisponibles” en el Banco de la Provincia de Buenos Aires lo fueron hasta entrado el siglo XX. Hubo certificados transferibles que no eran dinero verdadero hasta que Marcelino Ugarte vendió la mitad del banco en 1906. El banco mixto (50% privado) lo fue hasta 1946, en que volvió a ser un banco provincial al 100% y nuevamente en 2001 administraba los patacones del default provincial.
¿Que se puede esperar cuando se amenaza explícitamente con volver al infierno, al corralito, al desprecio por los derechos individuales, si cuando los gobernantes negaron la violación de los derechos de propiedad sobre los depósitos bancarios, los terminaron vulnerando?
Evitemos el próximo corralito mientras haya todavía oportunidad, porque avasallando los derechos de los depositantes seguiremos hundiéndonos en la pobreza.
Es razonable esperar con muy alta probabilidad de ocurrencia, que el gobierno pierda las elecciones y seguramente cuando el Congreso Nacional le quite los superpoderes al Poder Ejecutivo, este declare la emergencia financiera por la crisis internacional e implementen algún tipo de corralito con los depósitos bancarios.
Si Franklin D. Roosevelt en su presidencia incautó el oro de los americanos ¿Por qué aquí no van a ir por el oro de las cajas de seguridad y los depósitos en dólares o en pesos de las cuentas bancarias, entregando un “certificado de tenencia estatal” argumentando razones derivadas de la crisis internacional?
No es justo ni necesario un nuevo corralito, como tampoco lo era la estatización de los ahorros de quienes aportaban a las AFJP, por lo tanto no habría que extrañarse si pronto tenemos un próximo “corral”, “corralito” o “corralón”.
El 29 de Agosto de 2001, cuando fue sancionada la “Ley de intangibilidad de los depósitos – Nº 25466” me convencí que no teniendo sentido reiterar lo que la Constitución Nacional Argentina señala claramente en el Art. 17 “La propiedad es inviolable…” era seguro que se terminaría “echando mano” a los depósitos bancarios, por lo tanto había que urgentemente vaciar las cuentas bancarias en defensa propia.
Los que pudimos sacar el dinero fuimos claramente exitosos y confirmamos la necesidad de estar informados sobre inflación, bancos y de todas las formas de confiscación de fondos privados.
Todos los argentinos, cualquiera sea su trabajo o profesión, debemos saber de bancos, hiperinflación, confiscaciones de depósitos, etc para poder sobrevivir. Es una necesidad como en el Far West (antiguo oeste) debían saber usar armas de fuego para cuidar la vida y la propiedad.
Sepamos entender las noticias “sobre de algún tipo de corralito”.